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“Lo que les pido a los dirigentes porteños es que no se queden con el ‘pituquitos’, no se ofendan por eso y escuchen todo lo que dije. Son ustedes los que piensan el país desde Recoleta y no pueden seguir ofendiendo a todo el interior, porque hace décadas que se quedan con nuestros recursos y después nos vienen a explicar cómo se gobierna”. El intendente y gobernador electo de Córdoba, Martín Llaryora, está en reposo por un cuadro gripal y habla con un hilo de voz. Pero reitera y amplía los conceptos que el domingo a la noche gritó en el exaltado festejo por el triunfo de Daniel Passerini en la elección de la ciudad de Córdoba.

“Pituco es un término que uso siempre, se usa en mi familia. No quise ofender, me salió así. Fue un triunfo que nos desbordó, y habían sido meses soportando que vengan a explicarnos de transporte unos tipos a los que la Nación les administra el transporte y los tapa de subsidios; intentaron confundir a los cordobeses con el traspaso de la policía, los mismos a los que les pagamos miles de policías federales, a los que la Prefectura les cuida Puerto Madero y la Gendarmería les cuida los parques. No tolero esa discriminación al interior y no me banco más que esos mismos dirigentes vengan a Córdoba a decirnos que no sabemos administrar, que no sabemos gobernar, que ellos son los Maradona de la vida y los del interior somos todos tontos”. Llaryora ahora habla calmo y en voz baja, pero dice lo mismo que el domingo.

Reconoce que la exaltación se vinculó en especial al hecho de que buena parte de la dirigencia porteña de Juntos por el Cambio el domingo había llegado a Córdoba porque esperaba festejar el triunfo de Rodrigo de Loredo, pero recalca que también cuestionó al gobierno del Frente de Todos. “Hablé de Recoleta como símbolo de un porteño al que los propios porteños cuestionan. Cristina Kirchner también vive en Recoleta, yo cuestiono el centralismo porteño extremo de los últimos gobiernos. Defiendo una idea de país mucho más amplia y mucho más federal, que es la idea que expresa Juan Schiaretti como candidato presidencial: no le den más vueltas ni le busquen otros significados políticos a lo que dije”, aseguró Llaryora.

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LOS RECLAMOS

También reiteró los temas a los que se refirió el domingo a la noche. “Se quedan con la palabra ‘pituquitos’, pero yo hablé de cosas muy concretas: devuelvan al interior los recursos de las retenciones, liberen a todo el país los subsidios al transporte que se quedan en el Amba, repartan las fuerzas federales que están solo en Buenos Aires y piensen en la infraestructura que necesita todo el país. Pongamos equidad y después veamos quién administra mejor”, insistió.

El gobernador electo dejó en claro también que hay varios medios de comunicación entre los destinatarios de sus críticas del domingo por la noche. “Durante meses se encargaron de mentir sobre Córdoba, durante horas facilitaron que los candidatos opositores dijeran cualquier cosa y permitieron la difamación sistemática”, recalcó Llaryora, quien el lunes a la noche en un programa del canal LN+ fue protagonista de un comentario erróneo cuando le adjudicaron ser el propietario de la vivienda que en realidad pertenece al senador Luis Juez.

Francisco Olivera, el periodista que cometió el error, pidió disculpas públicas y Llaryora las aceptó a través de su cuenta de Twitter.

Más allá de ese episodio, el intendente cuestionó especialmente la actuación de ese mismo medio en la difusión de la denuncia de Luis Juez respecto del supuesto reparto de drogas a cambio de votos por parte de Hacemos Unidos por Córdoba durante la campaña provincial. “Fue una campaña sistemática de algunos medios a favor de la oposición cordobesa, fueron meses de mentiras y creo que eso también es parte de mirar al interior del país desde un centralismo inaceptable”, indicó Llaryora.

También cuestionó que a menudo algún sector de la prensa porteña considere que en Córdoba el peronismo construyó un feudo. “Así ven todo, todo lo que está en el interior es un feudo o es atraso. Las provincias son feudales si la gente decide con su voto que continúe el mismo partido, pero en Caba eso está muy bien. Eso es lo que cuestiono cuando hablo del modo sesgado en que miran el interior”, indicó Llaryora.

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